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JESUS Y LA POLITICA

Publicado: 2010-10-13

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 Marcos 11

7 Traen el pollino donde Jesús, echaron encima sus mantos y se sentó sobre él.

8 Muchos extendieron sus mantos por el camino; otros, follaje cortado de los campos.

9 Los que iban delante y los que le seguían, gritaban: "= ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en nombre del Señor! =

10 ¡Bendito el reino que viene, de nuestro padre David! = ¡Hosanna = en las alturas!"

11 Y entró en Jerusalén, en el Templo, y después de observar todo a su alrededor, siendo ya tarde, salió con los Doce para Betania.

El relato de la entrada de Jesús en pollino en Jerusalén sería verosímil para un maestro (tekton) como es el caso de Jesús. Para un arquitecto que se presenta con un proyecto, con una nueva propuesta, y que "conoce" como debe presentarse en la ciudad. El asno aunque no lo crean no es signo de humildad, en esa época el asna era considerado un signo de Gobierno, porque solo los reyes andaban montado en un asna; y este fue el instrumento que Jesús utilizó para entrar al gobierno y revolucionarlo, dándole el verdadero sentido de un buen político.

Pero Jesús fue acusado ante la autoridad romana de promover una revuelta política ( Lc 23, 2). Mientras deliberaba, el procurador Pilato recibió presiones para que lo condenase a muerte por ese motivo: «¡Si sueltas a ése no eres amigo del César! ¡Todo el que se hace rey va contra el César!» (Jn 19,12).

Por eso, en el titulus crucis donde se indicaba el motivo de la condena estaba escrito: «Jesús Nazareno, rey de los judíos».

Sus acusadores tomaron como pretexto la predicación que Jesús había realizado acerca del Reino de Dios, un reino de justicia, amor y paz, para presentarlo como un adversario político que podría acabar planteando problemas a Roma.

 

REFLEXIÓN

Uno ciertamente simpatiza con los candidatos que tienen que reinventarse a sí mismos cada pocos días para atraer a diferentes grupos de electores. De hecho, Jesús no se lanzó como candidato a cargo político alguno pero si fue un critico muy fuerte del mal manejo del gobierno y dirigió a sus discípulos a asumir una postura diferente ante el poder. Fue muy crítico con aquellos que atesoraban riquezas mientras olvidaban las necesidades de otros o no se preparaban para su destino final. A quienes venían a él, les urgía a que vendieran sus posesiones para dar el dinero a los pobres. Así que en lugar de lanzarse para algún cargo político, Jesús estaba muy interesado en materia de economía y la redistribución económica y voluntaria.

Jesús no solo evitó lanzar su candidatura. Aunque sí se preocupaba por los asuntos de política, justicia y carácter. Descubría a los líderes de su día por su falsedad e hipocresía y les llamaba al arrepentimiento. Les exhortaba a ser honestos, generosos, temerosos de Dios, creyentes en Cristo y auténticos, les llamaba a ser consistentes con la manera en que vivían. Los falsos eran malditos como también lo eran aquellos que abandonaban la justicia y la moralidad en su vida pública o en sus creencias y prácticas personales.

Al final, los líderes de ambos partidos mayoritarios conspiraron y en una alianza de conveniencia política se deshicieron de él. Esto no tomó a Jesús por sorpresa. Él no esperaba menos. No confiaba en ningún partido ni institución humana, puesto que tenía una evaluación del pecado humano y la inconstancia de las multitudes que pueden ser ganadas con promesas de soluciones inmediatas a sus necesidades.

La visión propia de Jesús trascendió la mera existencia terrenal humana. Por supuesto que él no fue político. Pero le dio a la gente una visión que fue grandiosa e inspiradora y capaz de capturar su imaginación. Fue muy bueno en el trato personal de uno a uno, y podía convencer a los individuos de dejar su ocupación anterior para seguirle a él. Era capaz de conectarse con las personas y habló su propio idioma. Habló de asuntos que le preocupaban a las personas, en lugar de usar términos abstractos. Esto es lo más notable ya que él era el Hijo de Dios quien había venido a la tierra de arriba. Su identificación con la gente a quien él vino a ministrar era completa. De hecho, vino a servirles antes que reclutarles a fin de que le ayudaran a lograr sus propios objetivos y sus ambiciones egoístas.

 

CONCLUSIÓN

El propósito de este breve escrito, el cual es, a lo sumo, impresionista y ciertamente incompleto, no es presentar a Jesús como el “candidato político ejemplar.” Aunque, tal vez el leer estas reflexiones pueda servir como un prisma para refractar sobre los candidatos en la presente temporada electoral. ¿Cuál(es) candidato(s) refleja(n) su semejanza con Cristo en alguna o varias de las áreas mencionadas en su comportamiento y en su enfoque? o ¿Cuál(es) candidato(s) se parecen más a los candidatos que Jesús descubría como injustos o hipócritas? No hay, ni nunca habrá un candidato perfecto. No debemos poner ninguno de los candidatos presentes ni futuros en un pedestal. Pero para aquellos que son elegibles para votar se debe hacer una selección.

Pocos de nosotros nos lanzaremos alguna vez como candidatos a un cargo político. Pero mientras votamos, como cristianos, debemos usar un criterio cristiano al tomar nuestra determinación en escoger al mejor candidato. En este respecto, así como en cualquier otro aspecto de la vida cristiana, no hay mejor criterio que el carácter y los valores de Jesús.

El arzobispo sudafricano Desmond Tutu, premio Nobel de la Paz, dice que ... "no hay nada más político que afirmar que la religión no tiene que ver con la política".


Escrito por

Dr. Marco Saba Portal

- Especialista en Medicina Estética - Universidad de Trujillo, Perú - Postgrado en Medicina y Cirugía Estetica Reparadora - Argentina - Postgrado en Procedimientos Estéticos Mínimamente Invasivo - Argentina. - Postgrado en Cirugía Estética y Traumatologica


Publicado en

SIN MEDIAS TINTAS

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