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LIDERAZGO POLITICO I

Publicado: 2010-10-21

 

 

 

En los últimos tiempos hemos visto que el pueblo busca líderes políticos eficaces: el liderazgo se demuestra en la eficacia; no hay eficacia no existe liderazgo que valga, El líder político eficaz es aquel que logra abocarse al servicio del pueblo.

 El liderazgo se evidencia cuando la organización política avanza: nuevos , afiliados, nuevas delegaciones, nuevas campañas, nuevas cuotas de poder político para la organización, flujo de recursos económicos, etc, Vale la pena, pues, definir el concepto de liderazgo y establecer los parámetros por los que debe discurrir.

 

LA TAREA DEL LIDERAZGO

 El líder es el que se sitúa al frente. Pero no es el único, ni todo puede depender de él. El líder no es más que el motor de la organización. Pero, como todo motor, quema “carburante” y genera un movimiento hacia delante; ese “carburante” es la doctrina-programa y los objetivos-estrategia. Si el líder cree que el “carburante” de su gestión, es la militancia, se equivoca. La militancia sigue al líder, avanza con él, a su mismo paso y, cuando el líder es tal, avanza a su ritmo. Cuando el líder “quema” a la militancia (y, por tanto, la considera objetivamente, como carburante) lo que está haciendo es inevitablemente alejarse de sus objetivos.

Recuerdo que en el partido político que participe en esta elección municipal, El líder pensó que el  carburador que impulsaría su candidatura eran los miembros de una iglesia, y al final se observo que estuvo equivocado. El líder no debe depositar su confianza en los militantes si no en si mismo, y los militantes depositaran su confianza en él. Esto se conoce como voto de arrastre, la fuerza que tenga el líder en una campaña será la fuerza que le dará a sus militantes. Pensar que los militantes deben darle fuerza al Lider en una campaña es el error mas grande que he observado

 El líder Político tiene una tarea interior (dar la imagen de fuerza  a la organización) y otra tarea exterior (su proyección sobre la sociedad). Imagen de fuerza, el líder es el movilizador de la organización, el guía y el perfecto coordinador de la militancia a la que dirige en el cumplimiento de los objetivos fijados en los congresos del partido. Su proyección sobre la sociedad, el líder es, un faro para la sociedad y, junto con sus camaradas, la levadura de las masas. En ambos frentes, debe de alumbrar aquello que otros no ven, iluminar lo que está oscuro para la población o para la militancia.

 Estos dos frentes se manifiestan en toda su actividad: el líder debe “tirar” de la organización, pero también de la sociedad. El “populismo”, nos fue definido hace años por alguien que se declaraba “populista”, como “dar la razón al pueblo y seguir al pueblo”… En absoluto, concebido así, el populismo, implica que la organización siga al “pueblo” como la vaca al toro. El líder debe tener envergadura suficiente como para rectificar y orientar las reacciones populares cuando haga falta, no basta con que intente decir justo mismo de lo que dicen las masas siempre y en todo lugar, sino que debe llevar a la población hacia las posiciones defendidas por el partido. Así mismo, el líder debe cuidar de no aceptar acríticamente las tendencia que vayan apareciendo en el interior de su organización, frecuentemente protagonizadas por militantes exaltados, con poca formación política, que, en su entusiasmo inconsciente, dan la espalda a las decisiones de los congresos.

Un líder Político que es religioso a la vez, debe y tiene que tener la capacidad de separar su posición como religioso y su posición como político, si no tiene la capacidad de actuar de esta manera, seria mejor que no incurra en la política, ya que en muchas ocasiones ambas posiciones difieren con cambios de actitud. El religioso guarda a su prójimo, y cubre el pecado de su adversario perdonándolo. El político descubre el “pecado” de  su adversario. Y lo hace público con la motivación de defender los intereses del pueblo. La nación necesita un gobernante con carácter y capacidad demostrada de enfrentar a la corrupción cara a cara.

 Por una parte, el líder debe mantener equilibrios interior, por otra, debe asegurar avances exteriores. Una organización política, no es una formación militar o Religiosa en donde la obediencia es ciega y la disciplina absoluta. Una organización política, inevitablemente, alberga en su interior distintas tendencias y “sensibilidades”.

 La habilidad del líder político consiste en equilibrarlas, intentar extraer de ellas lo más positivo, evitar los enfrentamientos internos y las luchas fraccionales y preocuparse, de que todas ellas respeten, acepten y trabajen para hacer viables las resoluciones del partido. Solamente, cuando alguna fracción se aparta de las resoluciones tomadas, sea por posiciones militares o religiosas, el líder debe intentar resolver el conflicto.

 

CÓMO EMERGE EL LÍDER

 El líder emerge de la sociedad por su voluntad de poder, evidenciada en cualquier situación. Tiene la necesidad vital de ponerse al frente de cualquier situación que entrañe la resolución de un conflicto, una protesta, una reivindicación, o simplemente la acción de un grupo de militantes.  

Pero la sola voluntad de poder no sirve. Con demasiada frecuencia, la voluntad de poder enmascara solamente ambición, oportunismo, egocentrismo y megalomanía. Además de la voluntad de poder, el líder debe de demostrar que en el ejercicio de la misma es capaz de obtener éxitos, o como mínimo, salidas razonables. Existen situaciones en las que un jefe no puede llevar a sus hombres a la victoria porque no existen condiciones objetivas para ella, pero, sí al menos, puede evitar que la derrota sea total y definitiva y que el repliegue sea ordenado.

 El líder Político es aquel que es capaz de llevar a los que están con él hacia el éxito. Y el éxito supone obtener avances reales, efectivos, indiscutibles y objetivos. Para un partido político, la única forma de evidenciar los avances es mediante la conquista de mayores espacios de poder político.  Este es el objetivo, no importa las alianzas que se realicen para lograr obtener mayores espacios de poder, la idea religiosa es cuidar de no involucrarse con el “pecado”, pero la idea política es hacer alianzas para lograr mayor capacidad de gobierno y eso hará que los buenos planes políticos se realicen en beneficio del pueblo.

 

CONCLUSIÓN

Cuando más se avanza, más poder político se gestiona. No basta, simplemente, un crecimiento numérico de una formación política, sino que es preciso que ésta aumente su poder político, su influencia sobre la sociedad, y que ésta se traduzca mediante la obtención de Presidentes, congresistas, alcaldes, presidentes regionales, etc.


Escrito por

Dr. Marco Saba Portal

- Especialista en Medicina Estética - Universidad de Trujillo, Perú - Postgrado en Medicina y Cirugía Estetica Reparadora - Argentina - Postgrado en Procedimientos Estéticos Mínimamente Invasivo - Argentina. - Postgrado en Cirugía Estética y Traumatologica


Publicado en

SIN MEDIAS TINTAS

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